Hornos de Pizza

Mostrando 1-12 de 47 artículo(s)

Hornos de Pizza

Ya no es suficiente con ser un buen cocinero, como se suele decir, también hay que parecerlo. La demanda de pizza es cada vez mayor, así como las exigencias del consumidor, por lo que intentar proveerse del horno para pizza más adecuado para tu negocio puede ser un factor decisivo en tu éxito.

Desde Cristalvaro, te explicamos algunos elementos importantes a tener en cuenta a la hora de adquirir un horno de pizza, así como te animamos a que te pases por la sección de nuestra web donde tenemos múltiples modelos a su disposición.

Características y diferencias de hornos para pizzas

Antes de adquirir tu horno de pizza es conveniente tener muy claro cuáles son las características de los diferentes modelos que existen y las prestaciones de cada uno. Por regla general podemos dividirlos en tres tipos: horno de leña, de gas y eléctrico.

En la siguiente tabla se puede ver a grosso modo las diferencias más generales entre cada uno de ellos:

CARACTERÍSTICASHORNOS ELÉCTRICOSHORNOS GAS/LEÑA
ConsumoMayorMenor
Conocimiento técnicoNo requiereSólo en el caso de la leña ya que requiere hacer fuego y controlar la transmisión del calor
PreciosMenorMayor
Tiempos de cocciónDe 3 a 4 minutosDe 1 a 5 minutos
Temperatura de cocciónEntre 300 y 340ºC450ºC o más

Horno de pizza eléctrico

Aunque a priori su precio es algo más económico que los de gas o leña (siempre comparando los de un mismo tamaño), su consumo es superior. Sería recomendable, por ejemplo, en el caso de un negocio pequeño, donde un horno de pizzas con capacidad para dos es suficiente. De lo contrario, la contratación de potencia energética si necesitas instalar más hornos, subiría mucho y por tanto, ya no sería tan rentable. La temperatura óptima de cocción en este tipo de hornos es de unos 300 grados, de unos 3 a 4 minutos.

Hornos de pizza a Gas

Utilizar un horno de gas es bastante similar al de leña en cuanto a que se necesita conocimiento sobre la transmisión del calor, la forma en la que los propios fluidos adquieren diferentes temperaturas dentro de nuestro horno, es un factor a controlar para que nuestra pizza quede perfecta. De ahí que existan hornos con y sin ventiladores en su parte interior, que hacen que la cocción se realice de manera diferente. Al igual que existe una cierta desventaja en cuanto al consumo en los hornos eléctricos frente a los de gas, ahora también tenemos pros y contras. Los de gas se calientan más rápido, pero esto se convierte en desventaja ya que también se enfrían antes, por lo que regular su temperatura es más complicado que en el caso de hornos eléctricos.

Hornos de leña

Es el que mayor técnica requiere para su utilización, todo influye, desde el momento que se enciende el fuego, e incluso la leña que utilizas. Cuando ha cogido el suficiente calor, las brasas han de ser retiradas a los lados para poder cocinar la pizza, ésta se cocerá en su parte inferior al contacto con la piedra haciendo que la masa se deshidrate y en la superior, gracias al calor concentrado en el propio horno. La pizza debe ir girándose de vez en cuando para evitar que se queme en su parte inferior. Una vez hecha la inversión en el horno en sí, el gasto es mínimo ya que la leña es un producto de bajo coste.

Historia de la Pizza

La pizza tiene un origen humilde, ligado al consumo generalizado de pan por la inmensa mayoría de la humanidad. Antes de conocerla tal y como la consumimos hoy día, en Italia se llamaba “pizza blanca” y se elaborada con pan, especias, aceite, ajo, cebollas y aceitunas (la focaccia), eran ingredientes al alcance de cualquier familia. Con la llegada del tomate desde América a Europa, en Nápoles se empezó a consumir en el Siglo XVI, aunque pasaron dos siglos más hasta que lo incorporaran el resto de europeos a su dieta, ya que se pensaba que este alimento era venenoso.

Como casi todas las cosas surgen de una necesidad, hasta el momento el tomate se había utilizado para la jardinería, pero el hambre hizo que un campesino napolitano lo probara sobre el pan y resultó que le encantó. El boca a boca hizo el resto y el pan con tomate se convirtió en un plato muy popular entre la población más humilde de Nápoles. La demanda fue creciendo y surgió el gremio de pizzeros napolitanos que preparaban ellos mismos la masa de pan y la horneaban en sus propios hornos de pizza, convirtiéndose éste en un plato muy popular entre los habitantes del lugar. Se podían encontrar incluso vendedores ambulantes.

Ya en el Siglo XIX, un prestigioso pizzero Napolitano, Raffaele Espósito, envió a la Casa Real tres pizzas diferentes para que fueran probadas por la realeza. Un menú considerado hasta entonces para gente humilde iba a ser saboreado por las más altas esferas. Cuál fue su sorpresa al comprobar que entre ellas, precisamente la que pretendía honrar a la Corona dibujando los colores de la bandera nacional (rojo, blanco y verde), fue la favorita de la Reina Margarita de Saboya, por lo que fue bautizada con el conocido nombre que ahora todos reconocemos como “pizza Margarita”.

Aquella pizza unió a una Reina y a un campesino y se convirtió en un símbolo gastronómico del país, que no tardó en cruzar fronteras para convertirse en una de las comidas favoritas hoy día.